La exposición Seducción etrusca. De los secretos del Holkham Hall a las maravillas del British Museum une al mundo de una manera aun mas estrecha respecto a exposiciones anteriores, la manifestación expositiva con el MAEC-Museo de la Academia Etrusca. Gracias a una motivada elección cultural por parte de los organizadores, se ha querido crear un sistema expositivo, no solo en la salas destinadas a exposiciones temporales, sino en las propias salas del museo, y en mucho casos, en las mismas vitrinas que normalmente acogen las piezas habituales.
Dicha elección ha sido dictada en particular por la propia naturaleza de la exposición: un viaje en el tiempo para descubrir la influencia italiana en la cultura británica recorriendo "los camino" del coleccionismo del setecientos.
Así pues, en la primera sección de la exposición se presentan los éxitos del Grand Tour, conducido por Thomas Coke, un joven representante de la aristocracia británica hacia tierras italianas, como era costumbre en el setecientos, para completar su formación humanística juvenil. Fue él, quien posteriormente iniciara la construcción de su residencia inglesa Holkham Hall y a poner las bases de las riquisimas colecciones de arte conservadas aun hoy en dichas salas. Son algunas de esas piezas las que hoy se encuentran cedidas al MAEC con motivo de la exposición que nos ocupa. Durante su estancia en Italia, el joven Coke adquirió en Florencia el manuscrito De Etruria Regali, que después de una serie de vicisitudes fue impreso gracias a la colaboración de Filippo Buonarroti. Precisamente Buonarroti, gran coleccionista e importante hombre de política, llega a ser el primer Luccumone perpetuo de la Academia Etrusca desde sus inicios. La edición de dicho volumen fue el punto de partida para una época de grandes estudios e investigaciones que llevarán al nacimiento de una moderna y nueva disciplina: la etruscología, en un momento en el que la arqueología se basaba en una visión absolutamente clásica.
En una segunda sección de la exposición, están expuestos materiales de gran prestigio, prestados directamente por el British Museum, uno de los mejores museos del mundo en cuanto al numero de obras maestras de todas las épocas y procedencias. Parte de la colección etrusca del British Museum crea un dialogo con la colección perteneciente en el museo de Cortona, en las mismas salas de la Academia Etrusca, institución cultural que desde el principio de su andadura ha reunido una gran variedad de objetos de arte, representativos de la cultura artística de cada época histórica, evitando así la dispersión de aquello que ya se conocía y de los nuevos descubrimientos en Cortona a colecciones y museos extranjeros. Quizás por este motivo, en exposiciones precedentes organizadas con algunos de los mayores y mejores museos europeos, han sido pocas las obras acogidas con procedencia de la propia Cortona.
Así, después de una pequeña introducción histórico-metodológica presentada en las salas de la planta baja, la exposición en sí se articula a partir de la sala Medicea del MAEC, en la galería de los mapamundi, en la sala Tommasi hasta llegar a su culmine en la sala del Biscione, dominada por la presencia del Arringatore, la copia de la Chimera y de una gran estatua chiusina de piedra fétida. Los materiales del museo para acoger a aquellos expuestos temporalmente en la exposición, solo se han movido en parte, ya que en la mayoría de los casos permanecen en su puesto, para indicar la mayoría de los casos permanecen en su puesto, para indicar la cercanía y el diálogo conceptual entre la exposición temporal y la colección permanente.
Para poder orientar al público en esta oferta expositiva, es la gráfica la que ayuda, con una inmediata percepción visual, a señalar los materiales expuestos para la ocasión, diferenciándolos de aquellos de aquellos que forman parte la exposición permanente.
En la vitrinas del MAEC se exponen también materiales bibliográficos, gráficos y arqueológicos, explicados y descritos con un aparato didáctico de paneles no invasivos, pero capaces de acompañara al visitante en la comprensión de los contenidos de la exposición.
Con esta continua relación entre museo-exposición hay que añadir una ulterior idea: no solo una efímera presentación de los materiales, sino un orgánica y funcional integración entre diversas tipologías de objetos, cuyo conjunto permite llegar a una correcta reconstrucción no tanto de un momento histórico o de una experiencia artística sino de un testimonio de una cultura que ha puesto las bases de la moderna concepción histórico -arqueológica.
Un motivo más, según nuestro parecer, para reconocer la validez de una propuesta cultural y para justificar una visita que permitirá hacer una comparación entre formas de pensamiento y culturas de diferentes épocas, pero nacidas de un común sentimiento: difundir la cultura histórica y garantizar la continuidad en el tiempo.
Paolo Bruschetti - Paolo Giulierini - Andrea Mandara - Francesca Pavese